La concha volvió a salir a la playa y tuvo
tanta suerte que la volvió a encontrar a
la misma niña.
La concha le contó a la niña todo lo que le
dijo la caracola y la niña muy contenta
se fue a buscar a sus padres para
enseñársela.
-Papis, papis, que la concha
no necesitaba pilas, solo
había que saber eschucharla.
Entonces se sentaron
los tres juntos en
la playa con
la concha y
escucharon
el mar,
la brisa...